¿Y AHORA QUÉ?

    Llevo un tiempo disperso, improductivo, andando caminos que luego deshago, y entre que voy y vengo nada mantengo. Me siento culpable por no aprovechar mejor mis días y energía, por no acabar de enfocarlos en algún proyecto interesante, algo capaz de perdurar.

    Tengo problemas de autodisciplina. Cosas de la IF, necesito un jefe cabrón que me ponga las pilas, que me marque horarios y tareas, que me quite de tanto tiempo perdido, que me “desprocastine”, que me obligue a la acción productiva.

Imagen del estupendo blog “Wait but why”, donde definen como nadie el problema de la procastinación

    Me explico. Estaba escribiendo un libro cuyo nombre iba a ser “Las trampas de la política”, mi objetivo era explicar cuáles son en mi opinión las técnicas con las que los políticos manipulan a la gente (las cortinas de humo, las pinzas ideológicas, las visiones simplificadas de la realidad, la búsqueda de enemigos comunes, los globos sonda, la manipulación por la necesidad de pertenecer a un grupo…), las reglas y los mecanismos psicológicos que rigen el poder y la comunicación con las masas, los kits ideológicos, los ejes de pensamiento… Todo ello sin definirme en una posición dentro del eje derecha-izquierda.

    Bueno, pues a pesar de evitar el posicionamiento político, llevando ya escrito la mitad del libro me desanimé profundamente. Es tal el nivel de atrincheramiento ideológico que vivimos que no me apetece seguir. Internet ha permitido que vivamos en burbujas ideológicas escuchando tan solo opiniones, noticias y fake news acordes. No hay lugar al debate ni a la exposición extendida de las ideas, twiter es un ring dialéctico donde cualquier opinión es insultada por trolls de todo tipo. Vivimos tiempos de “bienquedismo politicorrecto”, miles de trolls apalearan en nombre de la libertad cualquier actitud que incomode al catecismo imperante.

    No. Nunca me gustó cierta moral retrógrada de la derecha, el “como dios manda” aquel, su tendencia a regalar privilegios a la iglesia, su intransigencia en ciertos temas, gays, extranjeros, minorías…

     Pero ahora la izquierda es peor. El revisionismo histórico con óptica de su catecismo actual, como si de una novela de buenos contra malos se tratara. Esa moderna inquisición que quiere cambiar las letras de las canciones, las tramas de los libros, la forma en la que hablamos. Esa obsesión guerracivilista y lastimera, obsesionada con los cadáveres descompuestos. Ese odio al que genera riqueza. Ese ultrafeminismo inopinable que hace desiguales ante la ley a hombres y mujeres, que elimina la presunción de inocencia, que promociona a ministras, bomberas y diputadas “de cupo” sean válidas… o no. Y ojo, que me encantaría que hubiese muchas mujeres excepcionales en los puestos más altos. Nos irían las cosas mucho mejor. Mi favorita para la presidencia del gobierno es hoy cierta mujer. Pero siempre que estuvieran ahí únicamente por ser las mejores. Hace poco, alguien metido en política me contaba que por paridad en las listas debían poner a hombres y mujeres intercalados, pero que no tenían apenas mujeres interesadas en participar en política, que tenían que buscarlas de fuera y ponerlas por delante de hombres muy volcados en el tema.

      Así que desandé este camino y tras un tiempo dándole vueltas me planteé un proyecto distinto: Hacer un cursillo en vídeo sobre “INTELIGENCIA FINANCIERA”. Para ello iba a contar con un equipo de 5 amigos, era un proyecto ambicioso. Íbamos a combinar animaciones muy modernas hechas por ordenador con trozos hablando directamente a la cámara, así como trozos de “vídeo de banco de vídeo” acompañando a la voz en off y por último escenificaciones hechas por nosotros, casi siempre con humor.

    Para mi era fundamental el trabajar con amigos, que nos animáramos y obligáramos unos a otros, que nos marcáramos los tiempos. Si voy yo solo no hago nada, procrastino navego sin rumbo por internet y juego.

    El problema es que a mi no me importa no ganar dinero, pero todos los demás necesitan monetarizar su tiempo y tal.. cosas de no ser IF. Y el problema es que no hay manera cierta ni rápida de monetarizar estos vídeos. Youtube apenas paga y eso con suerte y tras muchos vídeos. Vender el cursillo requería que estuviera acabado para empezar a intentar venderlos, y eso era mucho tiempo y mucho esfuerzo.

     Moraleja, de nuevo desandé el camino andado. Ya tenía la mitad de los guiones escritos, 300 euros invertidos en equipo, croma verde, micro etc… A la porra con todo. Vuelta a la salida.

    Así las cosas este verano comencé con una novela. En realidad llevo ya tres años recopilando ideas con el google keep, dictándolas al móvil para atraparlas al vuelo allí donde surgen, caminando, yendo en moto o en la bici, hablando con alguien o en la cama durante el duermevela. Las mejores ideas afloran siempre lejos del escritorio y corren el peligro de perderse si no se anotan rapidamente.

      No es la novela un género que me resulte fácil. Crear una trama me parece endemoniado. No solo es qué historia contar, sino cuándo vas enseñando cada retal. Escribo para mi, por volcar ideas, por reflejar cientos de detalles, actitudes ante la vida, posibles conversaciones que dejar unidas en una historia. Tampoco tengo prisa por acabarla, ni sé si la publicaré, ni si en su caso sería con mi nombre. No creo que vaya a tener valor para nadie más que para mi. El mundo no espera esa novela ni la necesita, pero hace años que quiero volcar unas ideas en tres personajes, confrontarlos y meterlos en la “centrifugadora” del Camino De Santiago. Tengo ya más de 200 notas con ideas que añadir.

    El problema es que escribir una novela es un hueso muy grande para roer. Si pongo en mi agenda diaria “escribir novela”… no sé ni por dónde morder. Tampoco es la solución sustituirlo por “escribir capítulo 4” pues no deja de ser una parte de un todo y cada hilo ha de estar relacionado con el resto. Ni poner “hacer tabla características de tal personaje” pues son esas ideas que me vienen en el momento menos esperado, que puede ser cualquiera menos el que me propongo.

    En definitiva, se trata de un proyecto grandísimo en el que además no tienes feed back de nadie hasta el final. El camino puede hacerse muy largo y solitario y el demonio atacará en los momentos de flaqueza. A días me levantaré pensando que vaya mierda de novela me está quedando y la moral pasará por serias pruebas.

    Mientras he decidido volver a escribir en el blog, siempre es algo que me obliga a estar activo. Al menos unas cuantas entradas que llevo en mente. Con la nueva ley de protección de datos complicándolo todo se perdieron los doscientos y pico suscriptores que este blog tenía, y eso, junto con la inactividad de los últimos meses hace que no espere apenas lectores. Así que gracias mil por llegar hasta aquí.