ACTUALIZACION. CRISIS DEL CORONAVIRUS

ACTUALIZACION. CRISIS DEL CORONAVIRUS

   Tras varias tensas esperas y un par de vuelos cancelados al final conseguí llegar desde Vietnam a Barcelona, y de ahí a Valencia. Por circunstancias acabé haciendo el encierro en casa de mis padres.

     En esta casa la Santa Tele preside sin descanso el comedor a todo volumen y resulta difícil evitarla. Me parece horroroso lo que emiten la práctica totalidad de los canales, me recuerda al libro “1984″. Son noticias intimidantes, manipuladoras de la opinión, alejadas de la realidad. Juegan con unas cifras por completo ficticias. ¿Cuándo se pusieron de acuerdo todos los canales para contar una misma versión tan ajena a la verdad?

     Y no, no reconozco lo que yo vivo con la visión que sale en los telediarios. La vida es mucho mejor. La gente que conozco no es tan terrible, ni se odia así, son solidarios y amables con los demás, no andan continuamente crispados. El mundo está lleno de personas que ayudan a otras personas, de amistades sinceras y buenas voluntades.. En fin, que viva Netflix y Youtube.

     A lo que iba. Creo que todos llevábamos años esperando una crisis que no acababa de llegar. Pues bien, aquí la tenemos. Al final los acontecimientos siempre consiguen sorprendernos. Jamás podremos preverlos, tal vez solo podamos que adaptarnos a lo que venga.

      Yo la imaginaba como una explosión planetaria de la inmensa deuda acumulada por los estados, comunidades y organismos públicos. Alguien estornudaría y el enorme castillo de naipes caería. Un día algo pequeño ocurriría que precipitaría todo. Algún país como Italia no conseguiría endosar nueva deuda con la que pagar la que vence más los intereses de toda la emitida, nadie querría comprarla. El pánico correría entre los propietarios de la deuda vigente intentarían venderla pero tampoco tendrían comprador. Rápidamente el miedo se extendería a otros países y la ficción de vivir por encima de las posibilidades a la que se han aficionado los políticos mostraría su terrible precio.

     Y como ya veis que imaginación tengo mucha aunque no acierte ni una os cuento cómo imagino la siguiente, dentro de 10 o 20 años:

     En apenas unos pocos años en muchos países se disparará el número de jubilados que además serán aún más longevos de lo que ya son. Además muchos de estos pensionistas lo habrán sido desde edades tan tempranas como los cincuenta y poco, fruto de convenios y decretos con los que los políticos de turno se quiten de encima las patatas calientes que caigan en sus manos. Habrá revueltas de jubilados exigiendo una pensión digna, trabajadores que emigrarán o buscarán trabajar en negro para evitar el expolio fiscal, y personas ahorradoras que saquen su patrimonio del país por miedo a la confiscación de gobiernos populistas de soluciones simplificadas. Es decir, será el estallido de la ficción, el fin de la estafa piramidal del sistema de pensiones.

El muy honorable Yoda es pensionista desde hace más de 1.700 años.
Nunca fue a juicio por las mordidas del 3% en una galaxia muy lejana…

     Pero tranquilos, que como veis no acierto una. De hecho nadie lo vio venir. ¿Quién nos iba a decir que el destino se parecía más bien a la serie “Walking dead”?

     En realidad no era tan imprevisible. Quizás cada siglo aparece algún virus particularmente peligroso. La llamada “gripe española” de 1918 era mortal entre un 10 y un 20% de las veces y mató a entre un 3 y un 6% de la población mundial. El COVID19 no le llega ni a los talones.

     Lo cierto es que las cotizaciones en todo el mundo se desplomaron por varios días seguidos como nunca en la historia lo habían hecho perdiendo en total más de un 30%. El pánico se olía. Aún seguimos sin saber cuál puede ser el suelo para esta caída. Incluso algunas empresas han anunciado la cancelación del dividendo por este año.

     Como inversor en dividendos os cuento cuál es mi conclusión ante el desplome de las cotizaciones en esta crisis. Pueden pasar dos cosas:

Escenario número 1

1-    ESCENARIO UNO: Que el mundo vuelva a girar sea en dos meses o en un año o en dos. Que las personas algún día salgan a la calle, sigan comprando cosas, trabajen para poder pagarlas, se enamoren, tengan hijos… y en definitiva volvamos a algo parecido a lo que teníamos.  En ese caso seguiremos teniendo los mismos porcentajes de propiedad de las empresas líderes en el mundo en casi todos los sectores. La gente volverá a beber Coca-cola, y si así no fuera casi seguro que sacarían una nueva bebida acorde con las nuevas preferencias. La gente volverá a consumir electricidad a Iberdrola, y si la tecnología cambiara seguro que se adaptarán para ofrecer midiclorianos o lo que toque en nuestros domicilios.

La valoración de nuestro patrimonio ha bajado un montón, pero no nos importa porque no está en venta. Asumiremos la interrupción temporal de algunos de nuestros dividendos pero todo seguirá igual.

CONCLUSIÓN: DA IGUAL

2-    ESCENARIO DOS: Que realmente esto sea el comienzo del fin del mundo. Esta hipótesis se confirmaría especialmente si los fallecidos por el virus comenzaran a levantarse. La vida pasaría a ser como en las películas apocalípticas, con algunos supervivientes luchando por los alimentos, armas y gasolina. En esta situación las cotizaciones o la valoración de nuestro patrimonio dejarían de importarnos.

CONCLUSIÓN: TAMBIÉN DA IGUAL

Escenario número 2

En realidad la crisis aparte del susto nos ofrece estupendas oportunidades:

-        Son las “rebajas” de la bolsa. Podemos comprar empresas a precio de saldo. Si es que te queda liquidez, claro.

-        Nos permite “rotar” unas empresas por otras, ya que podemos vender alguna de nuestras posiciones realizando pérdidas fiscales que tendremos hasta cuatro años para compensar y con ese dinero comprar nuevas empresas. El objetivo sería mejorar la diversificación y salir de empresas con finanzas en deterioro.

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